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Foto del escritorAldo Scarpa Mercant

Siete puntos para considerar el contenido de clase y el lugar histórico de la reforma neoliberal de la Seguridad Social

Actualizado: 9 may




Montevideo, 16 de abril de 2023


1 - Una fuerza política, de izquierda, que pretende transformar la realidad debe ser un “pedagogo colectivo”. No un “déspota ilustrado”, como ha ocurrido en los últimos tiempos, al tipo de algunos monarcas del siglo XVIII, que al ver amenazada su cabeza promovieron reformas de cúneo liberal bajo la consigna “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Por el contrario, este “pedagogo” de nuevo tipo tiene como misión histórica emancipar la cabeza de los trabajadores y de las masas populares del pensamiento hegemónico de la clase burguesa. Pues; ¿es posible suprimir la vieja realidad sin un pensamiento nuevo? ¿Es posible una práctica nueva sin una nueva teoría? ¿Es posible alcanzar este objetivo mientras dejamos huérfanas a las masas de categorías y conceptos que le permitan pensar de esta nueva forma? ¿Podemos alcanzar nuestro objetivo si todo lo que hablamos y todo lo que decimos, lo decimos en idioma burgués? El lenguaje es la práctica del pensamiento y el pensamiento sólo se realiza en la práctica revolucionaria de los trabajadores y las masas populares. Las clases subalternas deben tener y hablar su propio idioma.


2 - El modo de producción capitalista exige, tiende, a la universalización de las relaciones mercantiles. Éstas aparecieron en la historia hace miles de años, pero en las relaciones de producción de los modos de producción precedentes eran relaciones “secundarias”. Sólo en el capitalismo aparecen como relaciones de producción fundamentales y dominantes, bajo éstas circunstancias, la mercancía deviene célula de la sociedad capitalista. El capitalismo es la universalización del intercambio de mercancías mediado por un equivalente universal, el dinero. Para que estas mercancías puedan ser intercambiadas entre sí, deben ser reducidas a un denominador común y este denominador no es de índole cualitativo sino cuantitativo. Es decir, deben ser reducidas a una sustancia que las iguala a todas y esa sustancia no es sino el trabajo humano. El valor de la mercancía no es más que la cantidad de tiempo de trabajo para su producción. Esta definición no pertenece exclusivamente a dogmáticos, ni a marxistas, ni a comunistas, sino que recoge y sintetiza lo mejor del pensamiento histórico de la humanidad en esta materia. Ya la Economía Clásica, nombres como los de Ricardo o Smith, avanzaron de manera importante hacia esta definición. Y mucho antes que ellos, en su libro “La Política” el genio de Aristóteles vislumbró la relación del valor de la mercancía y el trabajo, ¡y esto, cuando las relaciones mercantiles bajo el esclavismo, eran relaciones secundarias! Retengamos en la memoria este punto, el mismo explica todo el contenido de clase de la Reforma de la Seguridad Social.


3 - John Hobson, un burgués liberal inglés, escribía en 1902 su obra sobre el Imperialismo (o “El Nuevo Imperialismo”). En su obra denuncia los males del Imperialismo y sus riesgos, en particular, las guerras. Sin embargo, su carácter de clase le impedía comprender y asumir el significado histórico del Imperialismo como producto de la evolución del capitalismo. Esta limitación de clase es la que lo condiciona y provoca la creación utópica de un posible nuevo momento del Capitalismo, o sea, la posible superación del carácter imperialista del mismo. Esto explica la necesidad de Hobson de crear una fase siguiente, el “Interimperialismo”; es decir una nueva fase del Capitalismo en la que se podían superar las guerras y bajo el Capitalismo sería posible un mundo en paz. Este sueño utópico del burgués británico no expresa más que la necesidad de la burguesía internacional de embellecer al Capitalismo y adormecer las energías revolucionarias de las clases subalternas. El carácter utópico de la tesis sobre una posible nueva fase del Capitalismo, una fase pos imperialista, queda incontrastablemente refutada con los 100 últimos años de la historia universal (los trece conflictos armados que registra la ONU en las últimas décadas y el actual entre EEUU- OTAN y Rusia). Sin embargo, Hobson resalta de manera crítica dos características nuevas de la última fase del Capitalismo: el carácter parasitario y en descomposición (analistas de aquellos tiempos llegaron a hablar de “Estados Rentistas”. Retengamos esta última cuestión, pues ella explica el lugar histórico de la “Reforma de la Seguridad Social”.


4 – Lo mejor de la intelectualidad latinoamericana ha resaltado en sus estudios sobre la expansión del Capitalismo en nuestro continente (podríamos decir, sin pasar por alto las características de cada lugar, sobre todo del tercer mundo), ha resaltado la supervivencia de relaciones ajenas al Capitalismo, se hablaba, en algunos casos de supervivencias feudales, semifeudales, pre capitalistas, etc. Sin embargo, más allá del debate erudito, hay un consenso bastante extendido de la permanencia de “relaciones ajenas” al Capitalismo, en general en nuestro continente y en el resto del mundo “subdesarrollado”. Tal el caso, por ejemplo, del pago con “el bono” al trabajador rural para ser gastado en la “cantina del patrón”. Es decir, una circulación mercantil “cerrada” en la cual el “salario” del peón vuelve de alguna manera a integrarse en la riqueza, en el capital del latifundista. O sea, en su etapa juvenil el Capitalismo no logra desprenderse aún de etapas anteriores a su madurez. Sin embargo, en su senectud (como ocurre con todos los seres vivos) la negación de la propia “esencia” del Capitalismo se presenta como enfermedad más grave, en este caso los males que le aquejan son su parasitismo y el proceso de descomposición. Que otra cosa ocurre cuando grandes capitales transnacionales descuentan mensualmente un porcentaje del salario del obrero para integrarlo directamente al capital de la clase capitalista, cuando esos enormes capitales utilizan un porcentaje del salario del trabajador durante treinta años como parte de su propio capital y con un cobro de una “comisión” obligatoria por administrarle esta porción del salario al trabajador. ¡Y todo esto a cambio de una promesa sobre una posible jubilación miserable futura! Esta es la expresión más acabada de parasitismo que subvierte todas las “leyes” del Capitalismo. Este parásito son las llamadas “Administradoras Privadas” o AFAPS en Uruguay. Pero esto, puede conllevar consecuencias políticas e ideológicas, porque trabajadores y pueblos que aceptan pasivamente semejante usurpación corren el riesgo de engendrar una conciencia y un espíritu servil. ¡O casualidad! “servil”, una relación típicamente pre capitalista, feudal; es decir el proceso de descomposición del Capitalismo.


5 – Al igual que hoy, en nuestro país y en el mundo en la década del 90 el gran capital financiero transnacional y especulativo, puso en el orden del día la “necesidad” imperiosa de reformar la Seguridad Social. El “principio”, la piedra de toque, del capital transnacional en esta etapa de la discusión de la Seguridad Social fue la instalación de las “Administradoras Privadas”, con la “promesa” de que con la misma se superaría la “crisis” supuesta de la Seguridad Social. La ofensiva actual sobre la Seguridad Social es la prueba incontrastable del fracaso absoluto de aquella “promesa”. Pasado algo más de un cuarto de siglo de consumada la reforma en nuestro país, los mismos “títeres expertos” o “expertos títeres” criollos del capital financiero transnacional vuelven a emprender sobre la Seguridad Social. Y, con total falta de autocrítica, no sólo reafirman su “error” sino que argumentan la necesidad de extender aún más el negocio de las AFAPS, sosteniendo nuevamente que, extendiendo las AFAPS salvaremos a la Seguridad Social. Los “títeres expertos” criollos en sus mandados al capital financiero transnacional no los toca nada, están bañados en aceite, como cantaba José Dorta, “Juan Pueblo” en Araca del 83: “le (s) dicen Niki Lauda quemado (s) sigue (n) corriendo”. Pero, habría que ir a la fuente de quienes conocen y dicen la vedad porque no tienen “nada que perder” y no los ata nada a los intereses espurios, especulativos y parasitarios del capital transnacional, es decir, a los trabajadores organizados, en este caso los compañeros del Sindicato de la Seguridad Social (ATSS) que hace años vienen demostrando y enseñando los males y el déficit que provoca el parásito de las AFAPS en el cuerpo de la Seguridad Social.


6 - Todo el argumento para sostener y promover la necesidad de esta reforma neoliberal de la Seguridad Social se basa en una falacia, en una verdadera “perogrullada” presentada como una verdad absoluta. Esto es, la genta vive más, bla, bla, bla y por lo tanto la Seguridad Social no se puede financiar. Esto parece cierto, hasta si nos distraemos nos pueden convencer, pero el razonamiento es falaz o, por lo menos incompleto. Es cierto, el conocimiento se engendra en el mundo concreto, la experiencia sensorial y también es cierto que, si no pasamos de lo concreto a lo abstracto, si no realizamos el proceso de abstracción, puede engañarnos “el genio maligno” de Descartes. O sea, si no abstraemos la apariencia se nos puede presentar como realidad, la verdad, se nos escapa. Es cierto, en principio si la gente vive más, etc., etc.; y todo esto termina expresándose en una fórmula matemática; es decir, en la pura abstracción y lo abstracto, como sabemos no existe, existe el mundo concreto. Por lo tanto, cuando estudiamos las sociedades humanas no se trata de fórmulas u operaciones matemáticas, sino de relaciones sociales concretas. ¿Por qué la burguesía y sus acólitos, por qué la clase capitalista detiene su proceso de pensamiento en el nivel de la abstracción? ¿Por qué la clase capitalista nos quiere dejar en el mundo abstracto y no en el real? ¿Qué quieren esconder? ¿Por qué no continúa el proceso del conocimiento? Porque si es cierto que el conocimiento exige un proceso de abstracción, también lo es que si nos quedamos en este momento del proceso nunca accederemos a un conocimiento verdadero del mundo real, no podremos acceder a la verdad. Porque el proceso del conocimiento científico exige un último paso para alcanzar ese objetivo: la elevación de lo abstracto a lo concreto en el pensamiento; es decir el retorno al mudo real, sin este requisito nos quedamos flotando en la nada y, como cantan Eduardo y Mario, “al que nada sabe cualquiera engaña”. ¿Y con qué nos encontramos cuando retornamos al mundo real? Que, según los datos recientes de la ONU, una decena de personas en el mundo tiene la misma riqueza que la mitad de la población mundial, ¡qué cuatro mil millones de personas! ¡Esto sí es una abstracción, pero bien real! Otro tanto podríamos decir sobre la acumulación y centralización de la riqueza en nuestro país, según estudios históricos y los más cercanos que los confirman, incluso un trabajo muy reciente auspiciado por FUCVAM. O sea, la Seguridad Social a nivel mundial y en nuestro país, tiene garantizada su financiación por siglos o milenios. Es sencillamente un problema de justa distribución, cuestión que aquella fórmula matemática no es capaz de registrar. Desde el punto de vista de la humanidad la Seguridad Social no está en crisis, lo que pone en crisis a la humanidad es el Capitalismo. Razonando de esta manera refutamos las trivialidades y vulgaridades que promueve la burguesía transnacional y aprendemos a pensar.

Ahora bien, ¿Por qué la clase capitalista insiste en este punto? Sencillo. La respuesta está en el final del punto dos que aconsejamos retener. Como la composición orgánica del capital tiende a crecer la tasa de ganancia del capital tiende a caer. La lucha desesperada de la clase capitalista es por revertir esta tendencia la caída de la tasa de ganancia. Como la célula de la sociedad capitalista es la mercancía y su valor la cantidad de tiempo de trabajo para su producción, el capital, la forma de la riqueza en el capitalismo, no es más que cantidad de tiempo de trabajo expropiado a la clase trabajadora. Por lo tanto, la reforma de la Seguridad Social no expresa más que la necesidad del capital de apropiarse de mayor cantidad de tiempo de trabajo de las masas populares. Como las conquistas sociales de los pueblos a través de sus luchas le ha puesto límites a la explotación de los trabajadores por el capital (por ej., la ley de ocho horas, etc.); la clase capitalista busca revertir esta situación haciendo trabajar a la clase obrera más años de su vida. Una y otra cosa no son más que extracción de plusvalía absoluta. Toda la alharaca sobre la Reforma de la Seguridad Social se limita sencillamente a eso.

Para terminar este punto detengámonos en una cuestión fundamental que se nos puede pasar por alto. Espinoza decía que la libertad eran las necesidades de las que se había tomado conciencia. Es decir, que la libertad es el dominio de la necesidad. Cuando hace millones de años nuestros “tataratatara” abuelos, los primeros científicos que empezaron de cero y no obtuvieron ningún Nobel, levantaron una piedra que yacía en sus pies la tallaron y la pulieron, observaron lo que ocurría cuando una semilla caía en el suelo o un rayo encendía el fuego, aprendieron a reproducirlo ellos mismos, así comenzaron a darnos la libertad. Pasaron millones de años, a un costo altísimo la humanidad fue dominando las necesidades y ganando en libertad. Todos los modos de producción precedentes fueron sociedades de la escasez, las crisis eran por escasez. Sobre los hombros de la humanidad se generaron condiciones para revertir esta situación y así, el modo de producción capitalista pudo superar la escasez. Hoy, las crisis, irónicamente, son de sobre producción y despilfarro. Nuestros viejos ancestro nos pusieron en el camino de la libertad, cada vez necesitamos menos tiempo para dominar las necesidades y avanzar en la libertad. Sin embargo, irónicamente, el Capitalismo en un mundo de superproducción y despilfarro quiere imponerles a los pueblos, que gasten más tiempo de sus cortas vidas (ese breve “paréntesis”, decía Benedetti) trabajando por necesidad en lugar de crear en libertad. Esto confirma que el Capitalismo transita en sentido contrario a la humanidad y a la historia; y allí su carácter absolutamente anti humano y anti histórico.


7 - ¿Qué sentido tiene que el “pedagogo colectivo” en lugar de esclarecer al pueblo pierda el tiempo y le dé tiempo al enemigo para confundir al pueblo, mientras se afirma que no se conoce el proyecto? Pero, ¿se piensa realmente que hay algo honesto, original y serio en el proyecto? El proyecto lo conoce todo el mundo pues es la obra intelectual y política del capital financiero transnacional. Tiene dos fundamentos irrenunciables: aumentar el grado de explotación de la clase trabajadores a través de la apropiación de mayor tiempo de trabajo y avanzar en el proceso de privatización de la Seguridad Social (parasitismo del capital). ¿Es qué hay algo negociable en esta reforma promovida por el capital financiero? ¿Es qué podemos negociar el avance privatizador que propone la reforma? ¿Es que podemos negociar que unos trabajadores trabajen más tiempo unos que otros? ¿Cuáles? ¿Por qué causa? ¿Física, psíquica, etc.? ¿No corremos riesgos de caer en posturas “obreristas”? ¿O de dividir a la clase obrera? El fundamento burgués dice que mi derecho y mi libertad se termina o tiene su límite donde comienza la libertad y el derecho del otro. La ética proletaria en cambio, ve en la libertad y el derecho del otro la garantía y desarrollo del suyo propio. ¿Acaso al movimiento popular y a la izquierda uruguaya se les ocurrió decir que a unas empresas públicas las podíamos privatizar y a otras no? ¿Cuándo y dónde apareció esta nueva forma de pensar las contradicciones y la lucha de clase en nuestro movimiento popular y nuestra izquierda?

La reforma de la Seguridad Social no es una cuestión más de la “agenda política”, ni un relato más, como se dice ahora (acá también tenemos que retomar nuestro lenguaje, el de las clases subalternas, devolverle su propio idioma y liberarlas del lenguaje prejuicioso del intelectual pequeño burgués, ellas se encargarán de convertirlo nuevamente en un “intelectual orgánico”) No; la cuestión de la Seguridad social es el “eslabón fundamental” de la cadena de los acontecimientos políticos de nuestro país. Como en los 90, cuando las empresas públicas, si nosotros resolvemos correctamente hoy esta cuestión avanzaremos no sólo en lo referente a la Seguridad Social, sino que avanzaremos en toda la línea y una vez más podremos ayudar y ser solidarios con nuestros pueblos hermanos. Si el objetivo fundamental es retomar al gobierno en el 2024, eso está muy bien, pero sepámoslo, no va a ser lo mismo llegar al gobierno sin haber enfrentado movilizados y radicalmente a esta reforma, que si accedemos al gobierno tras una victoria histórica de estas dimensiones.

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